martes, 14 de octubre de 2014

El agua: el mejor enemigo de las peores construcciones.

Tras estos días de agua, supongo que más de uno ha sufrido las tan temidas humedades y entradas de agua.



Ambas son fruto de tres cosas fundamentalmente: un mal diseño, una mala
ejecución o un mal mantenimiento.
 

En los dos primeros casos es más o menos fácil identificar al responsable, y en el tercero también, pero sin embargo en este último, muchas veces existe un desconocimiento que hacen que la responsabilidad pueda diluirse.

Y es que como en cualquier cosa que compremos, hay que hacer un buen uso y mantenimiento, y así como llevamos nuestro coche cada X kilómetros para cambiarle el aceite, para reponer pastillas de freno, etc..., las viviendas también necesitan de un mantenimiento preventivo que evite problemas.





Desde la entrada en vigor de la LOE (Ley de ordenación de la edificación), todos los edificios nuevos poseen un libro de mantenimiento, y se supone que el propietario es conocedor de él; sin embargo el gran problema se suscita con las viviendas anteriores a esa ley, donde el propietario es completamente ignorante a qué mantenimiento realizar. Aquí es donde un técnico puede ayudar y asesorar, y estoy seguro que un buen libro de mantenimiento evita muchos problemas.





Son muchas las incidencias por sellados que han dejado de cumplir su función, telas asfálticas  que ya han cumplido su periodo de vida útil, desagües con falta de limpieza, etc... incidencias en las que inicialmente sólo vemos los resultados a nivel de afecciones a pinturas, revestimientos, etc..., pero que con el tiempo si no se solucionan, acaban afectando a la estructura de nuestra casa, y esto sí es un problema.












lunes, 6 de octubre de 2014

Receta de un buen técnico

   Desgraciadamente esta crisis ha sacado las miserias de muchos sectores, y entre ellos el de la arquitectura técnica. Son muchos los "compañeros", que por la necesidad, a veces la avaricia, y otras vaya Vd. a saber, han vendido su trabajo por "cuatro perras gordas". Son muchos aquellos que para trabajar tiran sus precios hasta el suelo (e incluso más abajo diría yo), y eso les obliga a hacer un mal trabajo.




    Sólo pido una reflexión: llevamos nuestro coche al taller y nos cobran 30-50 €/h y no chistamos. Se nos rompe una tubería y llamamos a un fontanero que cobra 20-30 €/h y no chistamos. Dejamos nuestras casas y nuestros proyectos en manos de alguien que asume una responsabilidad civil y penal y le pagamos 6 €/h en el mejor de los casos. ¿Qué estamos haciendo mal?

    El cliente debe de ver que el trabajo se está haciendo bien, no vale la entrega de un simple papel. hay que hacer ver el trabajo que hay detrás, las conclusiones a que ese trabajo nos ha llevado, y a dar al cliente un servicio excelente, ese es el buen técnico y ese técnico a día de hoy está denostado, pues a los precios a los que se trabaja es imposible que ese técnico exista.

    Es responsabilidad de todos, que esta profesión perdure, porque a este ritmo acabaremos devorados por otras profesiones que nos superan en calidad y prestigio, prestigio que dicho sea de paso somos nosotros mismos los que hemos conseguido desprestigiar nuestra profesión.




  










 Ahí lo dejo.